Aurore Floreale

Marc Ots visita con regularidad desde hace veinte años dos asentamientos ajardinados de Bruselas llamados Logis y Floréal; como muchos otros, ha sucumbido al encanto británico de las urbanizaciones laberínticas de pequeñas casas con trabajos de carpintería verdes o amarillos, cerezos japoneses en los jardines y la hiedra presente en todos los rincones. Hace fotografías por placer sin ninguna idea preconcebida o fin concreto. Unos al lado de otros, esos pequeños espacios de felicidad y despreocupación, capturados al amanecer o al ocaso, con la luz de un sol tímido o a través de los copos de nieve, cuentan miles de leyendas de tranquilos vecindarios, tartas de cumpleaños, juegos infantiles, sillas olvidadas en el césped, ropa tendida, gatos curiosos y perros sorprendidos.