The Smart Enough City

¿Por qué la tecnología no es un fin en sí misma y cómo las ciudades pueden ser lo suficientemente inteligentes? Utilizando la tecnología para promover la democracia y la equidad.

Las ciudades inteligentes, donde se utiliza la tecnología para resolver todos los problemas, son aclamadas como utopías urbanas futuristas. Se nos promete que las aplicaciones, los algoritmos y la inteligencia artificial aliviarán la congestión, restaurarán la democracia, prevendrán el crimen y mejorarán los servicios públicos. En The Smart Enough City, Ben Green advierte contra ver la ciudad solo a través de la lente de la tecnología; tener una visión exclusivamente técnica de la vida urbana llevará a ciudades que parecen inteligentes, pero bajo la superficie están plagadas de injusticias y desigualdades. En su lugar, propone que las ciudades se esfuercen por ser «lo suficientemente inteligentes»: para adoptar la tecnología como una herramienta poderosa cuando se usa junto con otras formas de cambio social, pero no para valorar la tecnología como un fin en sí misma.

En una ciudad inteligente centrada en la tecnología, los autos que conducen autos manejan el centro de la ciudad y expulsan a los peatones, el compromiso cívico se limita a solicitar servicios a través de una aplicación, la policía usa algoritmos para justificar y perpetuar las prácticas racistas, y los gobiernos y las empresas privadas estudian públicamente Espacio para controlar el comportamiento. Green describe los esfuerzos de la ciudad inteligente que fueron mal, pero también las alternativas lo suficientemente inteligentes, que se pueden lograr con la ayuda de la tecnología pero no se pueden reducir a la tecnología: una ciudad habitable, una ciudad democrática, una ciudad justa, una ciudad responsable y una ciudad innovadora. Al reconocer la complejidad de la vida urbana en lugar de simplemente ver a la ciudad como algo para optimizar, estas Smart Enough Cities incorporan con éxito la tecnología en una visión holística de justicia y equidad.