Foster en el futuro
La trayectoria de Norman Foster es tan caudalosa que la breve biografía que presenta estos ensayos apenas le hace justicia. Tras una entrevista sobre sus años de formación, el primero de los artículos celebra la construcción de la sede del Banco de Hong Kong y Shanghái, y en los siguientes se comentan el metro de Bilbao, su más popular obra española; sus intervenciones en entornos históricos para instituciones culturales como la mediateca de Nîmes, la Royal Academy o el British Museum; la saga de los aeropuertos, que transformó con Stansted y llevó a cotas colosales con Chek Lap Kok y el levantado en Pekín para los Juegos Olímpicos; o la obra de mayor peso simbólico de toda su carrera, el Reichstag berlinés: proyectos que hablan el lenguaje de la técnica y prefiguran el futuro sin dejar de escuchar las lecciones del pasado. Este humanista visionario ha construido su obra al margen de las modas, y con una extraordinaria continuidad entre los primeros proyectos y los últimos, como muestra la conversación que cierra el volumen, donde su testaruda afición al vuelo se enreda con la evocación de su trayecto vital.
Hay existencias