De la fatiga de lo invisible
Marek Sobczyk parte en su ensayo de una hipótesis válida actualmente para casi todas las artes: la pintura ha sido víctima de su propia desmesura. En consecuencia la pintura, de nuevo como casi todas las artes, se ha convertido en una especie de subcultura delirante con sus códigos y leyes propias, práctica y teóricamente ajena a su historia.\nSin embargo Marek Sobczyk se niega a hablar de crisis de identidad, plantea el problema en otros términos, y sostiene la vitalidad de la pintura a despecho de todos sus lunáticos excesos.\nLa pregunta que se propone responder con su ensayo es la siguiente: ¿Por qué elegir en nuestra época un soporte y una materialidad tan opresivos, tan tradicionales, tan manuales?. Pregunta que enlaza con la constatación de un hecho singular: Demasiados artistas utilizan la pintura sin pensar la pintura, para reivindicar a continuación el pensamiento de la pintura como su esencia más íntima e irrenunciable, pero sustentada siempre por los rigores de una disciplina y un aprendizaje. Ser pintor significa asumir con más o menos humildad una opacidad que tiende a la ocultación. Marek Sobczyk condena en su ensayo el cinismo y la hipocresía del arte actual y aboga por la conciencia de su necesidad.\nUn lúcido y bien argumentado ensayo sobre la pintura actual y el devenir de la imagen.\n\nMarek Sobczyk, nacido en París en 1954, de madre polaca y de padre francés, es pintor autodidacta, forma su espíritu, por una parte, en el eje de la tradición humanista centroeuropea y, por otra, en la línea de la tradición literaria francesa de índole conceptual, lo que le conduce a un itinerario cosmopolita y abierto sobre diferentes disciplinas (el mural, la escenografía, la escritura y la pintura).\nSu constante interés por la filosofía y la poesía, así como su relación con el campo de las artes plásticas le llevan a trabajar e investigar en diferentes lugares de Europa.\nResidió en Venecia, becado por el ministerio de asuntos exteriores italiano, para estudiar las técnicas muralistas.\nEn 1991 abre un taller en el norte de Holanda donde trabaja con el artista Robert Hogervorst en el proyecto de una revista de carácter filosófico y social en relación con el pensamiento de Joseph Beuys, que da lugar a numerosas conferencias y encuentros. Después de un viaje a Islandia, relacionado con el estudio del concepto paisajístico, es invitado por la Fundación Noesis de Barcelona.\nActualmente reside en Madrid.\nEn 2001 editó su primer poemario Ruido de cuerpo. Su pintura ha sido expuesta en diferentes galerías de arte e instituciones y recogida en diversos catálogos.
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