Everybody needs good neighbours
Everybody needs good neighbours es un proyecto fotográfico que parte de un territorio concreto, el pueblo natal del fotógrafo, Vilobí dOnyar. Este municipio, de aproximadamente 3.000 habitantes, se caracteriza por estar ubicado en un espacio de confluencia de infraestructuras de transporte: el aeropuerto Costa Brava, lEix Transversal, la autopista del Mediterráneo y la línea ferroviaria AVE. Si bien Vilobí dOnyar aparenta ser un pueblo cualquiera de la geografía catalana, su condición de tierra de nadie rodeada de infraestructuras lo convierte en un territorio desmembrado.nTúneles, muros de contención, puentes y vallas conforman un paisaje que ha influido en una adaptación de sus habitantes al medio. El fotógrafo propone abordar un territorio concreto propio, escrutando en lo conocido la novedad, y la sorpresa, explorando el espacio transitado y las personas que lo habitan.
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