El canto del cisne
Me dispuse a hacer un libro que trate la historia de amor entre mi mamá y mi papá recién cuando la enfermedad de mi papá ya estaba lo suficientemente avanzada para entender, o creer entender a esa altura, que él se diluía. Ver a un ser querido diluyéndose, disolviéndose, da terror. Es un camino hacia el abismo.
Mi mamá y mi papá se conocieron una noche de 1969 en São Paulo. Ella vivía en Brasil y tenía 17 años, él vivía en Argentina y tenía 27. Después de intercambiar cartas todos los días durante dos semanas, mi padre viajó a verla para proponerle pasar el resto de sus vidas juntos. Ella aceptó y así lo hicieron.
Hace 15 años a mi papá le diagnosticaron una forma lenta de Alzheimer. Durante aquellos años mi mamá dedicó su vida a cuidarlo y a investigar la enfermedad y sus procesos con la esperanza de encontrar una cura. También se encargó de organizar las nuevas dinámicas por las que transitaron sus vidas de tal forma que pudieran hacer, hasta donde les fuera posible, las cosas que los volvían a la vida. Con ellos estoy agradecida.