Pablo López Luz

Ante la exigencia del mercado por la multidisciplinariedad en el arte, los jóvenes autores se sienten obligados a experimentar con distintos medios. Pensar en un artista que en la actualidad se aboque
a una sola disciplina y particularmente a un género, no es algo común, e incluso podría ser calificable como un acto de valentía. La primera vez que vi la obra de Pablo López Luz (1979) me atrajo porque se trataba básicamente de fotografía de paisaje y un paisaje del mismo país donde vivo y aun así, desconocido. La cercanía que he tenido desde entonces con su quehacer y el parentesco que encuentro entre su práctica fotográfica y el lenguaje pictórico me impulsaron a revisitar la pintura de viajeros europeos del siglo XIX como primer paso para escribir este ensayo. En primera instancia, porque me interesó la posibilidad del distanciamiento cronológico y el que supone una mirada foránea; y en segundo lugar, por la probable cercanía que impone el mismo género en cuanto a resultados formales.
Horacio Fernández